Esta no es una película de la que yo sea especialmente fan, pero salta a la vista porqué a pasado a la historia como un film de culto. En esta escena vemos a David Bowie cantando y bailando con un montón de muñequetes tan bien hechos y tan bien animados que parece que tengan vida propia. Y es que es ahí precisamente donde reside a magia de esta película, en los muñequetes. No es para menos teniendo en cuenta que el director, Jim Henson, es famoso por ser el creador de, entre otras cosas, Los Teleñecos.
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