lunes, 5 de noviembre de 2012
¿Quién teme a Virginia Woolf? (Mike Nichols, 1966)
Aquí ya estamos hablando de Cine con mayúsculas, del que te atrapa, te emociona y te hace empatizar con sus personajes. Y en este caso del que te hace pasarlo tan mal como ellos, sumergiéndote en en ese cruel juego psicológico con el que ambos se castigan. Martha (Elizabeth Taylor) y George (Richard Burton) son un matrimonio totalmente autodestructivo, que se odian y se echan en cara todas los defectos y debilidades el uno al otro, haciéndose daño y ahogando sus penas en alcohol. Él es un profesor de historia de universidad y ella la hija del director de esa misma universidad. Tras una fiesta organizada por el padre de Martha, esta invita a su casa a un nuevo profesor y a su joven esposa. Esa noche acabará convirtiéndose en una auténtica pesadilla en la que saldrán a relucir los más oscuros secretos de los cuatro personajes y en la que se harán sufrir tanto como les sea posible.
¿Quién teme a Virginia Woolf? es una película con un nivel de violencia verbal y psicológica que pocas veces se ha visto en el cine, y que atraviesa la pantalla para golpearnos de lleno. No exagero cuando digo que esta película puede llegar ser agotadora si consigues meterte en ella desde el principio, generando una tensión importante.
No he dicho que esto es una adaptación de una obra de teatro, ni que es la primera película del director Mike Nichols, que posteriormente ha dirigido películas como El graduado y que aquí hace un trabajo sobresaliente. Pero si hay algo en lo que sobresalga esta película es en las magistrales interpretaciones, las cuales hacen posible este nivel de empatización del que os hablo. Richard Burton, George Segal y Sandy Dennis están absolutamente perfectos. Pero es que luego está la Taylor, que directamente hace una de las mejores interpretaciones de la historia del cine, transformándose en un ser tan vil y despreciable como vulgar y malhablado.
Os invito a que veáis esta película (o a que la revisionéis si ya la habéis visto) y a que me comentéis si ha hecho que os involucréis tanto como yo con esta pareja que, en el fondo, se aman casi tanto como se odian.
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