domingo, 13 de julio de 2014

BSO: Solo ante el peligro (Fred Zinnemann, 1952), de Dimitri Tiomkin.

Es curioso que fuera un compositor ruso y judío el que estableciera un nuevo canon a la hora de concebir la música en un western, pero eso hizo Dimitri Tiomkin con Solo ante el peligro, para convertirse a partir de entonces en uno de los referentes del genero americano por excelencia.
Lo normal hasta ese momento era empezar con una escena de acción y una gran fanfarria orquestal. En cambio, Tiomkin comenzó con tres hombres reuniéndose y cabalgando juntos mientras escuchamos una balada, Do not forsake me, en la cual se cuenta prácticamente toda la película.




A partir de este inicio, Tiomkin simplemente se dedica a utilizar versiones de esta balada, pero es increíble como ayudan a generar tensión y suspense en todo el metraje, los cuales son la base del film. Y cuando digo todo el metraje no exagero, ya que hay poquísimos momentos sin música.
En la peli, Gary Cooper tiene una hora para encontrar a alguien que le ayude a detener a un bandido que viene a matarle, por lo que el tiempo es fundamental (la película transcurre en tiempo real). Debido a esto, en el tema principal (versión de la balada anteriormente citada), Tiomkin quiso transmitir ese tic tac del reloj que indica que el tiempo pasa.
Solo ante el peligro es una película que trastocó para siempre algunos tópicos del western, tanto en la historia, como en los personajes, el tempo narrativo... y, como no, en el tratamiento musical.

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