martes, 16 de octubre de 2012

Cómo matar a la propia esposa (Richard Quine, 1965)


He leído autenticas barbaridades en Internet acerca de esta película, tachándola de misógina y de machista. Y aunque sí es verdad que esta película utiliza ciertos prejuicios para crear la comedia, dirigidos más contra el matrimonio que contra la mujer, el efecto final que trasmite es a mi entender el opuesto.
Jack Lemmon es Stanley Ford, rico solterón empedernido, dibujante de cómics y hombre de acción. Vive en una mansión en medio de Manhattan con su mayordomo Charles (Terry-Thomas), el cual se encarga de todo por él. Vamos, que tiene la vida que a todos los hombres nos gustaría tener, o al menos la tenía. Todo cambia el día en que, en una despedida de soltero, se casa borracho con una bella streaper italiana (Virna Lisi). La vida de casado será un infierno para nuestro protagonista, llegando incluso a interferir en la historia del cómic que realiza.
La película en general es muy divertida (la escena del juicio es ya mítica) y las casi dos horas que dura la película se pasan volando. Como he dicho, a primera vista puede parecer que porta un mensaje antimatrimonial y machista, pero creo que lo que de verdad pretende trasmitir es lo estúpidos que podemos llegar a ser los hombres.


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