domingo, 14 de septiembre de 2014

Batman: la película (Leslie H. Martinson, 1966)

Este año me propongo comentar todas las películas en imagen real del Señor de la noche (exceptuando, ya que la traje por aquí el año pasado, la del 89). También traeré alguna de animación, que hay un montón y más de una merecen la pena.
Obviamente tenemos que empezar por el principio, por el grandísimo Batman del 66. Esto es una locura maravillosa, llena de colorido pop, mallas y un humor completamente blanco.
He de reconocer que yo no he visto la serie (algún capitulo suelto, nada más), pero la película me encanta.
Ya sabéis de qué va el asunto: los villanos de turno traman un plan absurdo de dominación mundial, pero claro, tienen enfrente al duo invencible para impedirlo. Empecemos repasando el casting, que es sensacional. Como todos sabemos tenemos a Adam West como un Bruce Wayne/Batman algo fondón, aunque muy divertido. A mi personalmente me hace muchísima gracia ese tono tan serio que usa para decir auténticas chorradas. A su lado tenemos siempre al bueno de Burt Ward como Robin/Dick Grayson, con sus holy something. Luego vienen los villanos, todos geniales: Cesar Romero como Joker, con su bigotazo de latin lover pintado; Frank Gorshin, Acertijo, con su ajustada malla verde marca paquete; Burgess Meredith interpretando a un Pingüino autor de planes absurdos que normalmente incluyen peces explosivos; y la mejor, Lee Meriwether dando vida a una guapísima (de verdad, guapísima) y fatal Catwoman.
El argumento es completamente absurdo, pero hay que decir que desarrolla una faceta de Batman que las posteriores películas prácticamente dejan de lado: la detectivesca. Batman resuelve con facilidad acertijos tales como “¿qué es amarillo y escribe?” (un plátano-bolígrafo) o “¿qué pesa 180 kilos y se posa en un árbol?” (un gorrión con metralleta), gracias a lo cual, y a través de complejas deducciones logísticas, es capaz de anticiparse a los planes del grupo de súper-criminales.
Como ya he dicho, para mí se trata de una locura maravillosa e irrepetible, más en estos tiempos nolanizados. En esta época oscura de héroes atormentados y de complejos y psicóticos villanos viene bien de vez en cuando revisitar películas como esta, recordando que hay muchas maneras de entender a un personaje, y todas válidas.

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