Tras recuperarme de la resaca del Viña Rock y sacando tiempo de donde no lo hay (a los que lo dejamos todo para última hora esta época nos mata) vuelvo a escribir en el maravilloso blog de don Luis para traer una escena que, bajo mi punto de vista, es una maravilla en todos los sentidos.
Dicha escena se encuentra dentro de la película de Tim Burton Big Fish, y en ella Edward le relata a su hijo Will como conoció y conquistó a Sandra Templeton, el amor de su vida. En esta escena todo cobra gran importancia; desde la voz en off, pasando por los diálogos y sin olvidar al director de arte, que realiza un trabajo grandioso en cuanto a los decorados se refiere.
Pero sin duda, el climax de la escena se produce al final, cuando vemos a Edward rodeado de narcisos amarillos, provocando un gran contraste con el interior de la habitación de Sandra y haciendo, sin lugar a dudas, este plano sea una maravilla absoluta y uno de los mejores planos de toda la película.
Y por si todo esto fuese poco, esta escena también intenta mandar un mensaje muy positivo, cosa que en la actualidad nunca está de más: Si queremos algo, por muy complicado que pueda parecer (en la película parece algo prácticamente imposible), siempre hay que luchar por ello, ya que si no lo hacemos es seguro que no lo vamos a conseguir nunca.
En fin, espero que os haya gustado, yo me vuelvo a mi penitencia estudiantil no sin antes dejaros la escena por aquí.
Saludetes.
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