
La noche del cazador fue la única película que dirigió del actor Charles Laughton, pero en ella se demuestra un talento y un ritmo narrativo de los que muy pocos directores son capaces. Un ambiente asfixiante y una tensión que casi se puede palpar es lo que caracteriza este film, apoyado también en la increíble fotografía (muy expresionista) de Stanley Cortez, que desde luego es para quitarse el sombrero.
El momento musical que traigo pertenece al final de la película, cuando el personaje de Lillian Gish está esperando el ataque de Mitchun, el cual acecha la casa a la espera de una oportunidad de ir a por los niños. ¿No se os pone la piel de gallina? Totalmente terrorífico.
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